Esta semana nos hemos acercado a la plaza Francesc Macià a comer, queda un poco lejos del centro pero el viaje vale la pena! En Marimorena encontrarás un ambiente refinado y cercano, mucha madera y ángulos limpios. El equipo es súper atento y simpático, la carta variada, local y de temporada, con una muy buena elección de vinos.
Nosotros probamos un menú cerrado lleno de productos de temporada. Empezamos con unos entrantes a base de calà§ot y alcachofa, unas patatas bravas originales, con la patata engofrada y unas salsas impresionantes y una sopa de alcachofa infusionada allí mismo. Seguimos con los platos más fuertes, una bola de gamba y ceps con la que aun sueño, un atún balfegó exquisito y un rabo de buey deshuesado que se deshacia de lo meloso que era. Para un final redondo nos sirvieron una ópera de chocolate, calabaza y jengibre, un postre original con texturas y sabores muy logrados y un final perfecto a nuestra comida.
Marimorena es un lugar perfecto para darse un homenaje, para salir a celebrar o en plan romántico… Cuidan cada detalle y te sientes como si tu comida, tu bienestar y tu velada fueran su máxima prioridad.