¡Hemos descubierto la joya de la corona de los lugares románticos de la ciudad condal!
Bistrot levante es el lugar perfecto para disfrutar de una cena intima, mesitas pequeñas, luz tenue, servicio cercano e impecable… ya solo por esto volveríamos mil veces. Esta situado en una plaza escondida en el call, con raudales de sol de día, y un ambiente super acogedor de noche.
Nos sentamos en la mesa y nos sirven un tast de vino blanco, impresionante por cierto, para abrir boca mientras ojeamos la carta. La carta en una fusión de mediterráneo con medio oriente, pedimos humus de aguacate, berenjena quemada con granada y tahini, cebolla encurtida y swarma de cordero. Pedimos también vino, Sergio, nuestro camarero es un apasionado, nos sirve un par de vinos diferentes para probar y nos decidimos por un tinto con mucho cuerpo que acaba siendo un maridaje perfecto con los platos que hemos pedido. Llega la comida a medida que sale de la cocina y madre mía… cada plato que sale es mejor que el previo, la cebolla encurtida nos sirve para limpiar el paladar entre platos, y pedimos mas pan de pita para rebañan los platos. Nuestro plato preferido tiene que ser el hummus de aguacate con su pita, pero el swarma es tan tierno… es difícil decidir.
Tienen postres con una pinta buenísima, pero comimos tan bien que no nos hizo ni falta. Además, probamos un moscatel sin filtrar que nos dieron que vale por 2postres, la próxima vez dejaremos hueco para probar sus tartas, o igual vamos a merendar 😉