Naranja como el sol del atardecer, dulce como la miel y mantecosa…. La calabaza del pueblo es una delicia pero he encontrado unas buenas en la ciudad también. Así que rememorando el tiramisú de la semana pasada, y aprovechando el mascarpone neutro, he elaborado un complemento fresco y divertido para mi crema de toda la vida. Espero le sorprenda…. Seguro gustará.
[one_third ]Ingredientes (4 pax)
1 calabaza de unos 700g
1 cebolla
1 terrina queso mascarpone
2 cucharadas pasas
2 cucharadas de pipas de girasol fritas y peladas
aceite oliva
sal
pimienta[/one_third][two_third_last]Elaboración
Pelamos la calabaza y la cortamos en trozos y láminas de un cm o menos de grueso. Pelamos la cebolla y córtala en láminas.
Sofreímos la cebolla en una olla baja y ancha y cuando esté dorada añadimos la calabaza y damos unas vueltas hasta que tomen color. Cubrimos justo con agua y hervimos 30 minutos.
Retiramos del fuego, salpimentamos, añadimos la mitad del queso y trituramos. Pásalo por el colador chino.
Picamos la mitad de las pasas y mezclamos con el resto del queso y las pipas de girasol. Sirve esta mezcla encime la crema de calabacín con el resto de pasas.
Se puede decorar con un crujiente de pasta de rollito de primavera pintado con aceite y pipas encima, horneado 15 minutos a 170ºC.[/two_third_last]